marcelino

6 DE JUNIO DE 2025
SOLEMNIDAD DE SAN MARCELINO CHAMPAGNAT

MENSAJE DEL H. ERNESTO SÁNCHEZ BARBA, SUPERIOR GENERAL

CON MARCELINO, MARISTAS EN ESPERANZA

Queridos Maristas de Champagnat:
Nos alegra mucho celebrar el 6 de junio la fiesta de nuestro Fundador, San Marcelino Champagnat. Reconocemos en su vida el gran testimonio que vivió, siguiendo a Jesús, como María, y transmitiendo el amor de Jesús a los niños y
jóvenes, en especial a los más necesitados.


Año jubilar: peregrinos de esperanza
La vida de San Marcelino nos anima a ser “peregrinos de esperanza”, como se nos ha invitado durante este Año
jubilar de nuestra Iglesia. El Papa Francisco nos decía en el documento «Spes non confundit», «la esperanza no
defrauda»: “El próximo Jubileo, por tanto, será un Año Santo caracterizado por la esperanza que no declina, la
esperanza en Dios. Que nos ayude también a recuperar la confianza necesaria —tanto en la Iglesia como en la sociedad— en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación”. (n. 25). Recordemos que la esperanza va unida con la fe y la caridad.

Nos ilumina la vida de Champagnat, quien vivió con profunda espiritualidad, con excelente vida fraterna y con gran entrega en la misión. Él escuchaba la voz del Espíritu y realizaba las intuiciones que sentía en su corazón de parte de Dios. En su vida ordinaria, caminaba hacia adelante, incluso en medio de algunos momentos difíciles o de críticas que recibía. La esperanza no está basada en el optimismo, sino en la fe, y nos ayuda a asumir los límites. Cuando se nos presentan situaciones complejas, nada fáciles de enfrentar o de atender, la esperanza nos anima a confiar en que hay algo más adelante que vendrá bajo la luz del Espíritu. De ahí la importancia de movernos cada día como testigos de fe, esperanza y caridad, compartiendo, caminando juntos y ayudándonos unos a otros.

Podemos preguntarnos:
¿Cómo sentimos personalmente la llamada a ser peregrinos de esperanza? ¿Qué situaciones me frenan y no me ayudan a vivir la esperanza? ¿Qué aspectos de la vida de San Marcelino nos dan luz para ser testigos de esperanza?

Cercanía con el Papa
El Papa Francisco, que convocó el presente Año jubilar, ha partido a la Casa del Padre un día después de la celebración del Domingo de Resurrección de Cristo. Ese domingo nos dio, en la Plaza de San Pedro, la bendición “Urbi et Orbi” a todo el mundo. El domingo 27 de abril, primer día que se podía visitar su tumba dentro de la Basílica de Santa María la Mayor, pude ir a orar y participar en una Eucaristía. Al ver la sencillez de su tumba, me hizo recordar muchas palabras y experiencias que recibimos del Papa Francisco durante su servicio papal. En los últimos años nos insistió en la importancia de ser una Iglesia sinodal, donde nos escuchamos entre todos para percibir juntos la voz del Espíritu.
Durante la Conferencia general, en marzo de 2022, con los Provinciales y Superiores de Distrito, tuvimos una Audiencia privada con el Papa Francisco, quien nos recordó: “San Marcelino Champagnat supo ‘mirar más allá’, y supo enseñar a los jóvenes a ‘mirar más allá’, a abrirse a Dios, a los horizontes del amor según el Evangelio. Se guió por el ejemplo de la Virgen María, la Buena Madre”. Sabemos que, desde el cielo, el Papa Francisco nos sigue acompañando y animando.

El nuevo Papa, Leon XIV, elegido el 8 de mayo de este año, dieciocho días después del fallecimiento del Papa Francisco, inició su saludo diciéndonos “¡La paz esté con todos ustedes!”.
El domingo, 18 de mayo, algunos hermanos de la Casa general pudimos estar en la Plaza de San Pedro participando en la Eucaristía del inicio oficial de su ministerio, donde nos dijo en su homilía: “Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia”. Ha mostrado su sencillez y su cercanía con todos, como hermano, y nos motiva a seguir caminando juntos, a la luz de Dios, en este mundo en el que vivimos. Con relación al ministerio papal, en nuestras Constituciones se nos dice: “Como Marcelino
Champagnat, amamos y respetamos profundamente al Papa, a quien, por obediencia, reconocemos como nuestra suprema autoridad. Manifestamos nuestra fe y cooperamos en la unidad del Cuerpo de Cristo esforzándonos por vivir de acuerdo con el magisterio de la Iglesia”. (Const. 9). Estamos invitados a caminar juntos, como peregrinos de esperanza, viviendo un liderazgo servicial y profético en los diversos niveles que nos corresponde.

Podemos reflexionar y preguntarnos, a la luz de la vida de Champagnat:
¿Cómo realizamos el camino sinodal en nuestra comunidad y en nuestro centro de misión marista? ¿Cómo nos conectamos cada vez mejor, los Maristas de Champagnat, como Familia Marista Global? ¿Cómo nos relacionamos con las Parroquias, Diócesis y con otras Congregaciones religiosas?

Celebramos 200 años de Notre-Dame de l’Hermitage

El Año jubilar, coincide con el Bicentenario de la inauguración de nuestra casa madre, NotreDame de l’Hermitage. Una casa en la que Marcelino y los primeros hermanos ayudaron en la construcción y, hasta nuestros días, continúa siendo un lugar que favorece nuestra fraternidad, espiritualidad y misión. El trabajo que realizaron durante varios meses
para construir la casa, cortando la roca, favoreció la fraternidad, la espiritualidad y el amor al trabajo. En años recientes se renovó la casa de N.D. de l’Hermitage, manteniendo los aspectos originales importantes y creando situaciones prácticas para el uso actual de tantos Maristas de Champagnat que pasan ahí varios días a lo largo de cada año. San
Marcelino tuvo la capacidad de “mirar más allá” cuando propuso la construcción de nuestra Casa madre.
En esta celebración del bicentenario de N.D. de l’Hermitage, he sugerido que busquemos crear un “nuevo Hermitage” en cada una de las comunidades y fraternidades que vivimos, así como en todas las obras maristas que tenemos actualmente.

Este es el lema del próximo Capítulo general, que tendrá lugar en Filipinas en septiembre de este año: “Hermitage 200: Hogar para todos, río de Vida”. La invitación es a que abramos nuestras puertas y ventanas, personalmente y en cada lugar, para dejar entrar al Espíritu y seamos capaces de formar un hogar para todos. Esto lo vivió nuestro Fundador, San Marcelino Champagnat y estamos llamados a continuar su sueño en el presente y en el futuro.
En el XXIII Capítulo general vamos a reflexionar, orar, dialogar y discernir juntos las llamadas que Dios nos da para responder mejor, como Maristas de Champagnat, en el presente y en el futuro. Nuestra vida y misión siguen siendo importantes en la actualidad, para ser testigos del amor de Jesús, darlo a conocer y hacerlo amar a los niños y jóvenes, particularmente a los más necesitados.

Podemos preguntarnos:

¿Cómo vivimos la escucha del Espíritu en nuestra espiritualidad, fraternidad y misión? ¿Cómo vamos logrando que nuestra comunidad y obra marista sean un hogar para todos? ¿Qué aspectos de San Marcelino nos inspiran y animan actualmente?

CONCLUSIÓN

Caminamos adelante, animados y acompañados por María, Nuestra Buena Madre. Ella fue capaz de vivir la fe, esperanza y caridad, en la vida diaria y también en los momentos difíciles. Durante la Anunciación, María fue capaz de creer en lo que parecía imposible, porque sabía que venía de Dios. Por eso respondió: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Como Maristas, estamos invitados a vivir y testimoniar la inspiración de María, como la vivió San Marcelino Champagnat. También en este año 2025, se celebrará la beatificación del H. Lycarion (Benjamin May), quien nació en Suiza, se encontraba en Barcelona y, durante la semana trágica fue martirizado como educador católico. Agradecemos a Dios el testimonio de nuestro hermano y nos alegra
que se le beatificará. Que esto también nos anime como Maristas en Esperanza.
¡Vivamos con alegría y esperanza esta fiesta de nuestro Fundador!

Fraternalmente,

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20 de mayo, aniversario del nacimiento de San Marcelino Champagnat

El 20 de mayo de 1789 − año que comienza la Revolución Francesa− nace Marcelino José Bento Champagnat. El lugar es una modesta casa construida con piedras, en la aldea de Rosey, que actualmente pertenece a la comuna de Marlhes, a 900 metros sobre el nivel del mar, ubicada en el cantón rural de Saint-Genest Malifaux. El centro urbano más grande está a 23 km, en Saint-Etienne, frontera sur este del Departamento de Loira. En aquella época, vivían en Marlhes aproximadamente 2.700 habitantes. Esta era una región poco fértil y fría, y cuando nació Champagnat, había una alta tasa de mortalidad infantil (30% de las muertes anuales) y también la mortalidad juvenil era muy elevada.

Alrededor del 60% de la población estaba formada por agricultores. Es en este contexto típico rural donde encontramos a la familia de Jean-Baptiste Champagnat, el padre de Marcelino, un pequeño comerciante y labrador, que llegó a ocupar cargos públicos durante la Revolución. La madre, Marie-Thérèse Chirat, era ama de casa y se dedicaba a cuidar los nueve hijos que tenía la pareja. Después de Marcelino, nació también el décimo.

Años después, el Padre Marcelino Champagnat recordaría su infancia en la solicitud de reconocimiento del Instituto, enviada al rey Louis-Philippe. La carta dice así:

“Nacido en el cantón de St. Genêt Malifaux, departamento de la Loire, sólo con infinitas dificultades pude llegar a leer por falta de maestros capacitados: desde aquel momento sentí la urgente necesidad de una institución que pudiera, con menos gastos, hacer en las zonas rurales lo que los Hermanos de las Escuelas Cristianas hacen en las ciudades”.

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Fundación del Instituto Marista

Marcelino Champagnat fundó, el 2 de enero de 1817 en la Valla (Francia), un Instituto religioso laical, o Instituto religioso de hermanos, con el nombre de Hermanitos de María. Él lo concebía como una rama de la Sociedad de María.

La Santa Sede lo aprobó en 1863 como Instituto autónomo y de derecho pontificio. Respetando nuestro nombre de origen, nos dio el de Hermanos Maristas de la Enseñanza (F.M.S.: Fratres Maristae a Scholis).

Los hermanos maristas somos hermanos consagrados a Dios, que seguimos a Jesús al estilo de María, que vivimos en comunidad y que nos dedicamos especialmente a la educación de los niños y de los jóvenes, con más cariño por aquellos que más lo necesitan. Somos cerca de 2.500 hermanos, diseminados en 79 países de los cinco continentes. Compartimos nuestra tarea de manera directa con más de 72.000 laicos maristas atendiendo a 654.000 niños y jóvenes.